TESTIMONIO: Manuel Melin Pehuen, líder de su comunidad y estudiante de la UC Temuco, otro asesinato de la dictadura en la impunidad.

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Manuel Melin Pehuen, un joven mapuche de Ralipitra, recién egresado de pedagogía de la Universidad Católica, militante de la organización mapuche ADMAPU, el 24 de enero de 1984 aparece su cuerpo muerto flotando en las aguas del río Traiguén.

Su familia y comunidad de Ralipitra nos empeñamos en darle un Eluwün (ceremonia fúnebre) a la altura de quien fuera un líder natural del sector, que organizó a su comunidad como parte del ADMAPU desde muy joven.

Pese a las evidencias de la intervención de terceros, su muerte, quedó en la impunidad.

Tiempo después, una corona dejada en la sede de la organización ADMAPU en Temuco rezaba “Manuel fue el primero, ACHA no perdona” en señal de amedrentamiento para sus dirigentes, por parte del grupo “Acción Chilena Anticomunista” ACHA.

Para el año 1985, a través de la Vicaría de la Solidaridad, junto a mi madre y hermano menor (teníamos 14 y 12 años) fuimos invitados a participar de algunas reuniones y encuentros con otras víctimas de la dictadura militar, en especial niños y niñas.

Allí conocimos al PIDEE,  Fundación de Protección a la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia

Aunque sin saber ni conocer mucho de nomenclaturas y ni organizaciones urbanas no mapuche, nos fuimos dando cuenta -junto a otros niños mapuche de Wallmapu- que se trataba de un trabajo de gente comprometida con los DD.HH. de la infancia.

Así, a partir de la tragedia de perder a un hermano, un referente que luchó contra la dictadura; llegamos a un espacio significativo como PIDEE, que nos abrió nuevas puertas y otras perspectivas de conocer más allá del legítimo lamento especialmente de nuestros padres.

La presencia y apoyo de jóvenes y adultos profesionales de variadas disciplinas, voluntarias y voluntarios comprometidos como monitores con todo tipo de dinámicas, juegos, campamentos y visitas a espacios distintos o desconocido para un niño de una comunidad mapuche empobrecida fue también algo significativo.

PIDEE nos abrió otro mundo en un tiempo y un espacio de precariedad, rigor y sufrimiento que muchos padecimos en aquel tiempo por la dictadura militar, pero también por desigualdades estructurales que -hasta el día de hoy- seguimos padeciendo como pueblo mapuche.

Miguel Melin Pehuen, Werken del Lof Ralipitra

Título: SICNoticias

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